La experiencia de NidoErrante habita en el tejido de un proyecto con otro, de un encuentro entre miradas y modos de hacer articulados en un espacio común. Una serie de acciones fueron propuestas para desplegar esos espacios de intercambio.

Para construir este tejido entre participantes de una edición a otra, invitamos a enviar textos, fotografías, música o lo que quisieran compartir a quienes habían estado en la edición anterior para el nuevo grupo que habitaba la siguiente experiencia.

Arte Correo

La casa se abre para generar intercambios: recibimos a invitadxs que conversan sobre sus haceres y a vecinxs que se acercan a compartir la experiencia. Los invitadxs variaron en un arco que iba desde artistas hasta una biología marina, un astrónomo, una experta en el calendario maya o un guardaparques.

Charlas, invitadxs, Casa abierta

En algunas ediciones y por las características del lugar, decidimos colectivamente desarrollar intervenciones en el espacio público, como pegatinas o invitaciones a vecinxs a sumarse a una acción participativa.

Intervenciones en el espacio público

El formato de la proyección en un espacio público era el modo de dar cierre y reunir lo que había estado sucediendo durante los diez días  celebrando la experiencia compartida. En cada edición, elegimos lugares que nuclearan la actividad social de cada lugar: una plaza, una biblioteca, un centro cultural, según cada caso.

Proyecciones

Durante los días que transcurría el proyecto, cada participante se acercó a la radio local a contar su proyecto, como un modo de invitar a la comunidad  a ser parte de la experiencia.

Radios locales

Primero sucedió de forma espontánea, luego fue una parte estructural de cada participación: cada artista desarrolló, durante esos días, una actividad específica en las escuelas, centros de jubilados o asociaciones del lugar.

Talleres